jueves, 6 de noviembre de 2008


Hay sangre en la boca del DIOS al que pertenezco.

Sus nervios, hacen ruido a agua que cae fuera del trasto,
a trapos viejos cuando se mencionan.

Gotas de piel pierde todos sus DIAS.

Prefijos insustanciales.

Graso, cotidiano, pueril,
Incongruente, vengativo,
Vegetariano, estéril.

Tus muertos…te dan nombre y reino.

Hombre (patrono-páramo) insuficiente.

Nativo ausente.

Hay DIOS,
en la boca con sangre
a la que pertenezco.

viernes, 31 de octubre de 2008


En ese estero entre el sueño y la paciencia vive mi pueblo… hay un pueblo.

Donde puedo comer a la sombra del alimento que me nutre.

Pender hasta la tarde, del reflejo en el agua.

Carnear con los dientes y tomarme la sangre.

En ese extraño tragar del después de la vida, me encontré.

Tengo que superar este desprestigio,
esta extensa visión de carne y hueso.

No hay literalidad en el reflejo.
Desteñir… y no parar nunca de hacerlo.

Van los días en mí.
Cabotaje.

La verdad es aleccionada por este desvelo de supervivencia,

Me pide silencio “pacíficamente” el tiempo,
no hay palmadas en la espalda, no hay consuelo,
solo sabe que no tengo nada importante que decir.

En mi nombre,

Mi endoexistencia se nutre de una bruma espesa, de lacónica permanencia, que sin obstruir, solo permanece.

En ella las ideas y sensaciones fluyen con una hermosa anarquía (de verdad hermosa), que sin mediar en formas y absolutamente desligadas de símbolos, se expresan en un idioma tan propio que no creo sea mío.

No pierden tiempo, no tienen tiempo; por lo menos no el mismo que mis manos o mi vesícula. No me duele ni me incomodan cuando mutan, se cruzan, se simplifican o dividen.

Me gustaría saber a cuales las movería el viento, o más aun cuales están ahí desde el día 0 (me gusto poner 0 así que va de nuevo: 0), o cuales todavía no se despertaron y duermen a expensas de mi liviandad.

lo importante se da cuando se vuelven de carne y hueso (de esto pocos son testigos), y ese que éramos pasa al desván aterrado por ser descubierto, espiando por la mirilla de una puerta de la que nunca mas va a salir.